Sunday, September 14, 2008

Nosotros crecimos juntos y nos apoyamos en las buenas y en las malas. Eramos jóvenes y apenas estabamos aprendiendo de la vida, fuimos de poco en poco, apuntando lo que nos iba sucediendo.
Teníamos un origen común, los rasgos de identidad que nos da una ciudad que se marchita y renace a cada instante. Una educación similar aunque polos opuestos en la gran metropoli, cada uno cargabamos una maleta con nuestra historia, teníamos muchas dudas, inseguridades que apenas trataabamos de superar; sin embargo, había orgullo ancestral en nuestras venas, ganas de combatir de no dejarse derrotar, de avanzar, de dar el ancho donde nos encontramos.
Dejabamos nuestro país atrás, no sé cómo el Compa camino dió sus primeros pasos por el aeropuerto, no sé si trastabillaba o avanzaba seguro de si mismo. Personalmente, recuerdo ese día yo caminaba a grandes saltos, como si el mundo se me fuera a hacer chico; para mi, todo lo que estaba pasando era una meta conquistada, una toma de plaza, un horizonte, quizá en aquel momento sólo la pensaba en mi logro personal, y no valoraba en su justa dimensión, todos los que estaban detrás de mí, aquellos que me dieron estabilidad y conocimiento, pero sobretodo valores y ganas de ir hacia adelante. Mi madre quizá sólo resume el empuje que me dió en una frase: "Te dí la vida", para ella eso es todo y lo más importante. Reconozco que por ser el acto primero, el que le dió inicio a todo este trajinar. La vida es fundamental y lo fue, la razón de respirar, sin ese instante no hubieran estado los subsiguientes, es el acto primero que nos despierta del vacío, de la nada que es tan absoluta que empequeñece todo. El universo en la nada desaparece, y ni mi compa, ni yo estaríamos aquí. Tampoco ustedes.
Así, que esa razón de vida, tiene sentido, pero es sólo la condición inicial, a partir de ahí se construye toda la maraña que es mi mundo, y a partir de ahí, este mundo personal, se encuentra con otros mundos personales, y nos vamos dando sentido a nosotros mismos, entrelazando y enriqueciendo nuestras experiencias.

Es en este contexto como vamos haciendo nuestras amistades y como nos vamos conociendo todos. Llegando a un punto en que la madre y el padre que nos formaron, los maestros que nos dieron enseñanza, los amigos que nos acompañaron, los amores ideales o reales que nos fortalecieron o debilitaron, se quedan atrás. Y no porque ya no nos importe, sino porque somos como, alguna vez leí, una flecha que va dejando el arco que la propulsó.

Por eso, ese día que avanzaba en el aeropuerto, caminaba en las andaderas eléctricas a grandes saltos, viendo a mis alrededores pasar como en una película en cámara rápida, al lado quedaban los aviones y los puestos Tax Free.

I was like Cuautemoc getting ready to fly!

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